El reto de acercar el valenciano y la cultura valenciana a las personas sordas tiene, cada vez, más seguidores.
Coincidiendo con la finalización de nuestra 3ª edición del curso de valenciano dirigido a personas sordas, dentro del marco de colaboración con la Dirección General de Política Lingüística en favor del fomento del valenciano, dos personas sordas en la ciudad de València y una en Gandia se han presentado, el pasado sábado, a las pruebas de nivel B2 organizadas por la Junta Qualificadora de Coneixements de Valencià. Gracias a la colaboración que FESORD mantiene con esta institución, las personas sordas han podido solicitar una serie de adaptaciones para que la prueba fuera accesible.
Así, un año más, y previo informe individual realizado por la Escola de LS de Fundación Fesord, que determina las necesidades concretas del alumnado en cada caso, en esta ocasión permitiendo hacer la prueba en su área de comprensión y expresión escritas, y estructuras lingüísticas, y quedando exentos/as de las partes auditivo-orales de la lengua.
Cada vez son más las personas sordas que desean conocer la lengua propia del territorio en el que viven. La mayoría de personas sordas han estado exentas por obligación de la asignatura de valenciano en su etapa educativa, por tanto, no han tenido contacto con esta lengua. Ahora sin embargo, es requisito indispensable para acceder a la función pública. Conscientes de esta situación, desde FESORD, y en colaboración con la Dirección General de Política Lingüística nos pusimos manos a la obra para ofrecer formación atendiendo a las necesidades del colectivo y trabajar para conseguir unas pruebas accesibles que dieran respuesta a la diversidad del colectivo.
Ofrecemos una formación de calidad impartida por docentes cualificados para la enseñanza del valenciano, pero sobre todo, con alto dominio de lengua de signos, ya que es la lengua vehicular en el aula. Este año 16 alumnos y alumnas han formado parte de nuestros cursos realizados en Valencia y Alicante.
Esperamos poder seguir ofreciendo esta formación y que las personas sordas puedan conocer la lengua, cultura e historia del territorio en el que viven. Pues tanto la lengua de signos como el valenciano han sido durante mucho tiempo lenguas minoritarias y minorizadas y, que por tanto, debemos cuidar y preservar.